domingo, 10 de noviembre de 2013

Pobre hombre


Por aquellas calles,
sin corazón alguno,
en pleno invierno
paseaba un vagabundo.

Sin ropa,
sin comida,
dando gracias
por su alegre vida.

Sin posesión alguna
hombre alegre
nunca se lamentaba
aunque era consciente.

Paseaba por la ciudad,
paseaba por el campo,
alegremente
sin pensamiento extraño

Siempre alegraba
a la gente que pasaba a su lado
y muy pocas veces
se le veía malhumorado.

Pobre hombre,
pobre vagabundo,
y el pobrecillo
siempre estaba en su mundo.